miércoles, 24 de octubre de 2012

ADVIERTE AL TIEMPO DE MAYORES HAZAÑAS, EN QUE PODRÁ EJERCITAR SUS FUERZAS

ADVIERTE AL TIEMPO DE MAYORES HAZAÑAS, EN QUE PODRÁ EJERCITAR SUS FUERZAS Tiempo, que todo lo mudas, tú, que con las horas breves lo que nos diste, nos quitas, lo que llevaste, nos vuelves: tú, que con los mismos pasos, que cielos y estrellas mueves, en la casa de la vida, pisas umbral de la muerte. Tú, que de vengar agravios te precias como valiente, pues castigas hermosuras, por satisfacer desdenes: tú, lastimoso alquimista, pues del ébano que tuerces, haciendo plata las hebras, a sus dueños empobreces: tú, que con pies desiguales, pisas del mundo las leyes, cuya sed bebe los ríos, y su arena no los siente: tú, que de monarcas grandes llevas en los pies las frentes; tú, que das muerte y das vida a la vida y a la muerte. Si quieres que yo idolatre en tu guadaña insolente, en tus dolorosas canas, en tus alas y en tu sierpe: si quieres que te conozca, si gustas que te confiese con devoción temerosa por tirano omnipotente, da fin a mis desventuras pues a presumir se atreven que a tus días y a tus años pueden ser inobedientes. Serán ceniza en tus manos cuando en ellas las aprietes, los montes y la soberbia, que los corona las sienes: ¿y será bien que un cuidado, tan porfiado cuan fuerte, se ría de tus hazañas, y victorioso se quede? ¿Por qué dos ojos avaros de la riqueza que pierden han de tener a los míos sin que el sueño los encuentre? ¿Y por qué mi libertad aprisionada ha de verse, donde el ladrón es la cárcel y su juez el delincuente? Enmendar la obstinación de un espíritu inclemente, entretener los incendios de un corazón que arde siempre; descansar unos deseos que viven eternamente, hechos martirio del alma, donde están porque los tiene; reprender a la memoria, que con los pasados bienes, como traidora a mi gusto a espaldas vueltas me hiere; castigar mi entendimiento, que en discursos diferentes, siendo su patria mi alma, la quiere abrasar aleve; éstas si que eran hazañas, debidas a tus laureles, y no estar pintando flores, y madurando las mieses. Poca herida es deshojar los árboles por noviembre, pues con desprecio los vientos llevarse los troncos suelen. Descuídate de las rosas, que en su parto se envejecen; y la fuerza de tus horas en obra mayor se muestre. Tiempo venerable y cano, pues tu edad no lo consiente, déjate de niñerías, y a grandes hechos atiende.

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